CASO RESTOS HUMANOS SANTA ROSA DE RÍO PRIMERO

20 de junio de 1992

En primer lugar quiero agradecer la particular deferencia de haberme encargado la peritación odontológica al Dr. Julio César Bini, médico forense y abogado, por haberme incorporado en su equipo de investigación.

Los tejidos ofrecidos fueron un cráneo, un maxilar superior y otro inferior que conforman el Macizo Dento Máxilo Facial de un ser humano, en donde observamos una fractura ósea en la unión del temporal con el parietal izquierdo, producto sin lugar a dudas de ser fracturas post mortem, producidas por las maniobras realizadas al desenterrar los restos, que a su vez por su antigüedad, nos dan las pautas del tiempo transcurrido de su enterramiento, que nos permiten decir que estamos en presencia de restos de cinco lustros aproximadamente de antigüedad, que pertenecen a una misma persona por su perfecta oclusión y articulación de su cóndido en su cavidad glenoidea.

Al cráneo le falta la parte inferior de la apófisis mastoidea derecha y una apófisis pterigoidea derecha e izquierda, parte del malar derecho y la totalidad del malar izquierdo, no presentando indicios de traumatismo alguno, sólo la acción de la putrefacción de los tejidos óseos, esponjosos, muy secos.

La sinastosis o sutura de los temporales se encuentran totalmente calcificadas, dándonos las pautas aproximada para la determinación entre otros muchos elementos incuestionables con que contamos para la determinación de la edad de las personas, que según el Dr. Frizzi y sus conclusiones nos habla de una edad aproximada por estas características que puede oscilar entre los 50 y los 60 años de edad, y los indicios de las escamas cribosas del temporal, por su consolidación entre algunos años más.


Los maxilares superiores, tanto izquierdo como derecho, por la conformación de sus alvéolos y la consistencia ósea, podemos aseverar que se trata de una persona desarrollada por completo, o sea más de 50 años de edad.

El ángulo mandibular, tirando más allá del recto hacia el obtuso, nos conforma también las presunciones apuntadas sobre la edad estimada.

El agujero mentoniano ubicado en la mitad del proceso vacilar y alveolar, también nos confirma más lo antes apuntado.

Los elementos encontrados, en número de 16, a pesar que esta persona en el momento de su deceso contaba con las 32 piezas dentarias, que se reflejan por el hecho de encontrar los alvéolos vacíos, manifestándonos que allí se alojaban sus elementos dentarios, es decir sus 32 piezas dentarias, los que no fueron encontradas muchas de ellas, quizás por la acción de las alimañas y el tiempo de su muerte, cuando no por la acción de la putrefacción del periodonto que hace que se desprendan fácilmente, motivos por los cuales se hace necesario del meticuloso y minucioso rastrillaje del lugar del hallazgo acompañado de un equipo especializado de policía científica donde no debe faltar planimetría, médico forense, fotógrafo, odontólogo forense, y los demás elementos destinados para cumplir in situ con su estudio, y siempre labrándose un acta correspondiente, evitando de esta manera la desaparición de elementos dentarios para su identificación, como también la aparición de otros elementos como botones, vestimentas, calzados, etc. etc. que suelen ser de ayuda para la identificación de las personas, la profundidad de la fosa, que se trataba de un metro aproximado, nos dan la pauta de un enterramiento.

Del maxilar superior se encontraron cuatro elementos, el primer molar superior derecho, N° 16, el incisivo lateral superior izquierdo N° 22, el canino izquierdo N° 23, como así también el primer premolar superior izquierdo N° 24.

En el resto del proceso alveolar observamos con nitidez los alvéolos vacíos donde se alojaban sus correspondientes elementos, hasta hoy ausentes, que en la Ficha aparecen en rojo.

Sólo en el maxilar superior en la porción ósea que va de canino a canino, entre los elementos 13 y 23, se encuentra destruida por la acción no minuciosa en el manipuleo de la exhumación.

En el maxilar inferior nos encontramos con una fractura a la altura del primer molar inferior derecho, y canino, con destrucción de la porción de los premolares, faltándonos sólo la apófisis coronoide del mismo lado; en este mismo maxilar se encuentran enclavados en sus respectivos alvéolos los elementos dentarios.

En el hemi arco sólo le falta el incisivo dental N° 41, el incisivo lateral N° 31, y en el arco derecho, le falta el central N° 41, el lateral N° 42, y el primer molar N° 44. El resto de los maxilares presentan los alvéolos vacíos.

Los elementos dentarios encontrados no presentan caries ni indicios algunos de haber sido tratado por odontólogo. En los elementos encontrados observamos un desgaste en su parte activa por efectos de la acción fisiológica de la masticación, que en algunos casos han hecho desaparecer las cúspides de los mismos, demostrándonos que se trata de elementos sometidos a una fuerte masticación debido posiblemente al tipo de alimentación con sustancias crudas, que también nos confirma de la edad de la persona, no debemos olvidar que los primeros desgastes aparecen a los 20 años, y considerando el desgaste de los terceros molares que erupcionan a los 20 años aproximadamente, es decir que seguimos deduciendo que estamos en presencia de una persona de más de 45 años de edad.

También las facetas de contacto interdentarias por su desgaste nos confirma la edad aproximada, aún teniendo en cuenta el régimen de alimentación con sustancias duras.

Se hace necesario hacer remarcar que la mayoría de los elementos dentarios encontrados por su conformación anatómica casi perfecta sólo nos falta la abrasión fisiológica en su porción activa por la acción de la masticación. Sólo observamos también para determinar la zona de su posible existencia un veteado leve en los elementos anteriores y posteriores, tanto en los superiores como en los inferiores, que nos demuestra que su existencia transcurrió en zonas vetógenas quizás de la provincia de Córdoba, como ser la localidad de Obispo Trejo, La Puerta, La Para, Marull o Santa Rosa de Río Primero.



De lo realizado desde el punto de vista de la Odontología Forense, diremos:

1) Que los restos óseos son humanos.
2) Que pertenecen a una sola persona.
3) Que el ángulo de conversión y convergencia de los molares como así también el índice cefálico nos habla de una persona de raza blanca.
4) De sexo masculino por la inserción de los músculos en sus porciones óseas bien manifiesta.
5) De una edad aproximada a los 50 años.
6) La talla según Bloisse y Vertini aproximadamente 1,69 mts.
7) Que su deceso se produjo más allá de los tres lustros.
8) Los desgastes oclusales manifiestos nos hablan del tipo de masticación fuerte, la cronología de la erupción dentaria y los desgastes de los terceros molares nos hablan de la edad aproximada, entre otros.

Lo que antecede es todo cuanto puedo informar, y aprovecho la oportunidad para hacerle llegar al Dr. Julio César Bini la particular deferencia de haberme incorporado a su equipo de trabajo.

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